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Los nuevos inquilinos de la casa blanca

Si algo hay que reconocer en torno a la estancia de la familia Trump en la Casa Blanca, es que durante los cuatro años que la habitaron, difícilmente se pudieron traspasar los muros que la familia construyó en torno a su vida tras esas paredes blancas, convirtiendo incluso a Melania Trump en la primera dama más reservada de la historia moderna de Estados Unidos. De hecho, si algo logró trascender respecto a la relación de la pareja, fue debido a los evidentes desplantes y desaires que las cámaras lograron captar en eventos públicos. 

Gracias a una corresponsal especial que siguió exclusivamente los pasos de Melania Trump, se logró saber que ella misma planeó y supervisó personalmente algunas grandes renovaciones en la residencia oficial. 

Tal fue el caso de la remodelación del Jardín de Rosas ocurrido en verano de 2020. El proyecto consistió en una restauración completa en la que se reemplazó prácticamente todo lo que había excepto los cuatro árboles de magnolias que crecieron en el jardín.

La esposa de Donald Trump fue muy criticada por sacrificar los cerezos y los coloridos tulipanes del jardín, diseñado en 1962 por la entonces dama Jacqueline Kennedy. En cambio, dejó solamente flores blancas y un enorme espacio de pasto que muchos calificaron como muy al estilo María Antonieta.

Otro de sus proyectos fue el diseño de un pabellón de tenis creado en colaboración con el Servicio de Parques Nacionales. Según la información oficial, el lugar está inspirado en el estilo neoclásico de la residencia presidencial principal e incluye columnas y grandes ventanas arqueadas, revestimiento de piedra caliza y techo de cobre. 

Melania Trump reveló en octubre de 2019 que habían empezado las obras para construirlo. La estructura reemplazó un edificio que albergaba baños y un almacén ubicado cerca de las canchas de tenis.

Además, Melania diseñó el logo de su iniciativa Be Best, una plataforma dedicada a promover el bienestar, la positividad en las redes sociales y la lucha contra el abuso de opioides.

Pero una vez cumplido el ciclo y no habiendo alcanzado Donald Trump los votos necesarios para su reelección, habrán de llegar nuevos inquilinos. 

El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, y su esposa, Jill, se convertirán en los nuevos residentes de la Casa Blanca cuando el demócrata de 78 años asuma el cargo este miércoles.

Biden ha hecho de su familia un foco importante a lo largo de su carrera, y su campaña presidencial de 2020 los puso completamente en el centro de atención. Algunos miembros causaron controversia, pero otros rompieron barreras.

Gracias a una publicación de la agencia AFP, pudimos echar un vistazo a los miembros de la nueva "primera familia" de Estados Unidos.

LA PRIMERA DAMA

Jill Biden, educadora, está lista para transformar su nuevo rol, incluso antes de mudarse a la Casa Blanca.

Mientras que las primeras damas tradicionalmente solo cumplen con deberes ceremoniales, Jill Biden tiene la intención de mantener su trabajo de tiempo completo como profesora de inglés.

Como primera dama, se espera que trabaje en cuestiones de educación y relance "Joining Forces", una misión para movilizar a las familias de militares que ella y Michelle Obama comenzaron en 2011.

Los Biden se conocieron en 1975, pocos años después de que el entonces senador de Delaware enfrentara lo impensable: su joven esposa e hija murieron en un accidente de auto.

Biden dice regularmente que su segunda esposa "volvió a unir" a su familia.

La pareja se casó en 1977 y ella se convirtió en la "mamá" de sus hijos Hunter y Beau, quienes sobrevivieron al accidente. Tienen una hija en común, Ashley, que nació en 1981.

Mientras criaba a su familia, Jill Biden obtuvo dos maestrías y un doctorado en educación.

Ella apoyó a su esposo a través de sus tres candidaturas presidenciales anteriores y fue una de sus defensoras más vocales y activista incansable durante su carrera más reciente.

LOS PRIMEROS HIJOS

Biden ha hablado a menudo sobre cómo su relación con sus hijos lo ayudó a sobrellevar el duelo mientras construía su carrera política, así como cuando se casó con Jill.

Durante años, mientras era senador, viajaba en tren dos horas entre Washington y la casa de la familia en Delaware, para estar allí para Hunter y Beau.

Beau fue visto como heredero de la ética de servicio público y las habilidades políticas de su padre. Sirvió en el ejército en Irak y se convirtió en el fiscal general de Delaware.

Pero murió de cáncer de cerebro en 2015 a los 46 años, menos de dos años después de ser diagnosticado.

Biden se refiere a su difunto hijo a menudo en discursos políticos, y visita regularmente su tumba, así como las de su primera esposa e hija.

El otro hijo de Biden, Hunter, se ha mantenido más lejos del centro de atención. Luchó contra la adicción al alcohol y las drogas, y fue dado de alta de la Reserva Naval en 2014 después de una prueba positiva de cocaína.

Se convirtió en un foco habitual de los ataques de Donald Trump antes de la votación del 3 de noviembre para sus negocios en Ucrania y China.

Hunter, de 50 años, ahora un artista radicado en Los Ángeles, admitió haber mostrado "falta de criterio" en algunos de sus negocios, pero negó haber actuado mal.

Biden, sin embargo, ha sido inquebrantable en su apoyo a su hijo. Durante el debate presidencial final, cuando Trump se burló del uso de cocaína de Hunter, el ex vicepresidente simplemente dijo: "Estoy orgulloso de él. Estoy orgulloso de mi hijo".

LAS PRIMERAS MASCOTAS 

Después de que Trump fuera el primer presidente en más de un siglo en no tener un perro, los Biden traerán dos con ellos.

Los pastores alemanes, Champ y Major, así como un gato, cuya raza y nombre aún no se han revelado, se mudarán a la Casa Blanca el 20 de enero.

Champ ha estado con los Biden desde 2008. La familia adoptó a Major en 2018. Según el equipo de Biden, será el primer perro adoptivo que vivirá en la Casa Blanca.

Los compañeros caninos aparecieron en uno de los anuncios de campaña de Biden en donde advertían a los votantes que "eligieran sabiamente a sus humanos", destacando clips de Trump burlándose de la idea de una mascota presidencial.

Los dos perros también protagonizaron el mensaje navideño de los Biden.

Es momento de escribir una nueva historia de la Casa Blanca y sus inquilinos. Se van la ex modelo eslovaca y el magnate neoyorquino, para dar paso a la maestra Jill, -quien ya fue segunda dama de los Estados Unidos durante la vice presidencia de su marido en la era Obama-, y el político Joe Biden de 74 años que logró vencer al siempre polémico Donald Trump. 

Opinión.salcosga@hotmail.com

@salvadorcosio1

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